23 de noviembre de 2020
GUSTAVO Y EL ARCO IRIS

Desde niño, Gustavo soñaba con volar en esos aviones que despegaban del aeroparque cuando iba de visita a lo del Abuelo, cuya casa quedaba cerca de la base; y luego de terminar la comida de los domingos, el mismo les contaba cuentos de aventuras, de viajes interminables por la selva, de amigos y de lejanas tierras al sur
; donde seguía la patria, pero hace tiempo que nadie iba. Al final de los cuentos, el viejo recordaba su vuelo por los cielos de Europa, finalizando siempre con la cita de que "quien fuera piloto, podía llegar a ver alguna vez el arco iris y sentir sus colores", dejando a los niños siempre con la mirada perdida en el cielo, buscando esa luz que los hacía soñar con futuros de cielos y libertad.- Fue a la escuela, como todo niño de ese tiempo ahora lejano, conoció la amistad, y supo de amores en su barrio, haciendo familia y comenzando su carrera como piloto de combate; tal como le prometió a su abuelo, buscando en cada misión, el arco iris que el viejo le decía, iba a encontrar cuando fuera grande. Un día le tocó volar al sur, a una base fría y distante de donde cada día salía junto a los mejores aviadores para la defensa de lo suyo, y pasó muchas misiones, dejando vidas y sueños en cada vuelo, en los que volvía cada vez mas solo, con el deber cumplido, pero con muchas preguntas sin respuestas; aunque al final, cada carta de los suyos lo traía de nuevo al hogar. Ese día de Mayo del año 1982, diáfano y claro, le permitió ver las islas, ya desde muy lejos, y jugando con sus formas, se prometió volver cuando finalizara el conflicto; se encomendó a Dios, y casi rozando el mar, dirigió su avión hacia los buques que se avistaban a la entrada de una bahía. Nunca vio el misil que se acercaba de frente, ni sintió el calor sofocante que todo lo encendía, solo se acordó del abuelo en Barracas, que le contaba cuentos, y en un abrazo final, piloto y avión, se consumieron en una bola de fuego. Ese día, Gustavo se convirtió en Arco Iris. Tarquino.- LIBRE ADAPTACION DE CUENTO DE REVISTA AEROSPACIO DEL AÑO l983.Homenaje a los caídos en el Atlántico Sur

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